Su mirada se perdia entre mil realidades,
una mas efimera q la otra.
Y no entendia en donde estaba,
ni porque sus ojos solo veian neblina en plena luz de dia.
Estaba triste o muerta ,
pero los petalos de sus labios todavia podian gritar su angustia
como desgarrador murmullo que carcome los oidos.
Una mariposa se posa en sus ojos,
que todavía puede seguir mareandola.
Los pétalos se oscurecen y se pierden,
ella no habla,
solo grita el silencio.
Johana Carrizo