Laura

Publicado noviembre 21, 2011 por estrellaamarilla

Ella había tenido una mala noche, eran pocas horas de sueño, de sueños revoltosos y escondidizos. Tenía cansancio, se reflejaba en sus ojos y en su alma se ocultaba. Lucida esperaba el día mientras dormía, notaba que este estaba  por llegar pero aun así sus ojos no querían abrirse y no podía ver como su luz se aproximaba. Dormía, si, pero su dormir era consciente de las horas y los ruidos, incluso de los olores que se expandían por el aire como cuando la oscuridad se apodera de la ciudad, o de tu cuarto. De este modo dormía Laura, sin saberlo en realidad. A veces siente que no sabe, pero es tontamente ingenua de sus poderes, simples y totalmente terrenales, pero poderes en fin. Y es así, que cuando por fin se decidieron sus ojos a abandonar esa oscuridad clara, Laura siente ese olor a ternura y a humedad, a mojado con mezcla de pelos y restos de calor materno, a pinturas en un óleo podrido o a medias recién lavadas con restos de pies cansados. Laura no podía comprender que era eso que olía, hasta que comienza a oír quejidos muy suaves, casi inaudibles. Traslada su fuerza mental a sus manos dormidas que intentan en vano mover la frazada que tapa su vista, la ventana relampaguea luces tenues y aires de paz y guerra, Laura descubre que ese olor no es nada parecido a su cuarto, que dentro se encuentra alguien q quien no invito.

Su imaginario es rápido, en menos de lo que puedo escribirte estas líneas ella pensó mil y una posibilidades acerca de que era ese olor. Pensó en aquella tarde en que una tía le regalo ese oso, siempre sospecho de la cara de inofensivo objeto pero lo acepto  respetuosamente, en algún momento determino que debía guardarlo en algún lugar poco frecuente para no encontrarlo y así lo hizo, por eso nunca lo verías guardado dentro de ese armario. Ella siempre pensó que ese oso debía de tener algo dentro y  de ahí que este guardado en una caja, como los recuerdos. Pero su razonamiento no paso solo por el recuerdo de aquel oso, sino que entre razonamientos llego a la conclusión de que la noche anterior había llovido, la lluvia habrá generado humedad en el altillo y entonces habría logrado dar con la caja, por lo tanto era el oso húmedo, con el “algo” dentro, el que largaba olor. Se resolvió por esta solución como la más factible, ya que si un tipo mojado era lo que en su cuarto la miraba despertar se hubiera dado cuenta, uno de sus poderes aparte de la imaginación asombrosa es saber cuando alguien la observa. Pero Laura no pensó nunca con qué se iba a encontrar. No era el oso con posible humedad el olor que ella percibía en el aire encerrado de su cuarto.

Hasta que por fin pudo abrir sus ojos después de minutos eternos. Entre tantas cosas sin pensar Laura nunca pensó que sus poderes terrenales y simples la llevaran con lo que se iba a encontrar, este regalo imprevisto va a lograr su mayor descubrimiento, que va más allá de sueños retorcidos con lagrimas de hielo, te amos olvidados en una pasado repentino, abrazos fuertes como pequeños pajaritos que picotean la piel y un oso que vuelve a la vida para morir en una caja nuevamente.

Laura comienza a observar a su alrededor y olfatea al igual que un perro al tener desconfianza, nada más que ella no era un perro y no desconfiaba, solo tenía curiosidad y asco. Sus piernas y su cuerpo íntegro logran movilidad y como si fuera que la tenían atada a la cama ella se zafa de las ataduras y camina, vuelve a oír esos quejidos que en algún momento pensó que fueron parte de su imaginación, pero no lograba hallar de dónde venían. En un grito ahogado, mezclado entre la ternura y las nauseas, Laura logra hallar ese pequeño acontecimiento que forma parte de sus poderes imaginativos e ingenuos, y que la llevaron a reconocer su más alto descubrimiento y su mayor poder, debajo de la cama, como si toda la vida hubieran estado allí, pero sin olor ni ruidos, siete perritos recién nacidos la miraban con ojos cerrados, sin madre y con frío en el cuerpo. Laura no entiende, se acuesta y cierra los ojos para poder despertar, por fin, de verdad.

JC

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